Alcalá del Júcar

El edificio se sitúa en una parcela en esquina delimitada por dos calles con un fuerte desnivel topográfico entre ellas; actualmente presenta una construcción en estado de ruina y a esta edificación se accede por el chaflán constituido por ambas calles. La orientación solar, la pendiente existente en la parcela, la ubicación actual del acceso a la parcela y las vistas hacia el pueblo de Alcalá del Júcar dan las pautas para la ordenación del programa de necesidades, ubicándose las zonas públicas (dependencias) hacia el Sur (vistas hacia el pueblo-uso público-proximidad al acceso) y las privadas (viviendas) en orientación Este-Oeste. El edificio ocupa la totalidad de la parcela en el nivel inferior y va creando vacíos a la vez que crece en altura captando la luz solar hacia las zonas más interiores. En el edificio de dependencias se crea un gran vestíbulo de zona de atención al público al que miran el resto de estancias de uso más privado. Este vestíbulo central rompe su introversión a través de un gran ventanal que mira hacia las vistas del pueblo, como una mirilla que se asoma al paisaje rocoso que rodea la población. En cuanto a las viviendas, tienen acceso inmediato a un nivel superior que el acceso a la zona de dependencias. En las viviendas se crea un recorrido que conecta verticalmente las viviendas y su acceso y que se realiza al aire libre recordando los senderos- escalinatas, que salvan los desniveles existentes en los campos agrícolas ubicados en las laderas de las montañas próximas. Se busca la privacidad de las viviendas creando huecos profundos en las fachadas, que sirven de espacio privado al aire libre y que proporcionan luz y ventilación al interior de las viviendas, convirtiéndolas en unas viviendas introvertidas hacia este espacio privado, el cual, a la vez, se convierte en una abertura hacia el pueblo y las vistas, como las construcciones tipo cueva tan populares en la población. La imagen exterior del edificio se pretende que sea la de un edificio con planos que se fragmentan longitudinalmente marcando las curvas de nivel existentes en la parcela, como las rocas escarpadas que generan el paisaje circundante; será una edificación bastante cerrada, hermética, con profundos huecos que miran al pueblo como si de la entrada a una cueva se tratara. Se pretende que sea un edificio con masa que se fragmenta, rompe, erosiona con el entorno.

Úbeda

Se plantea la redacción de un proyecto para la construcción de un nuevo acuartelamiento de la Guardia Civil en la población de Úbeda (Jaén). Existen varios factores determinantes a la hora de dar una solución proyectual coherente son:
1. Necesidad de una zonificación programática claramente diferenciada en viviendas y dependencias, teniendo dichos usos un carácter absolutamente divergente.
2. Ubicación del solar en un entorno poco consolidado, con importantes vías de comunicación cercanas y construcciones heterogéneas de escaso valor arquitectónico.
3. Posición de límite y protección entre un conjunto de viviendas aisladas existentes y las vías de circulación cercanas, con los límites largos dando respuesta a dos situaciones totalmente diferentes.
4. Topografía acusada en su sentido transversal, especialmente en la zona más alejada del acceso.
A todos estos condicionantes habría que sumarle dos más:
5. Uno de índole técnico, como es la necesidad de liberar un espacio que atraviesa la parcela en sentido transversal, en su tercio posterior, debido a la existencia de una servidumbre existente para paso de un colector.
6. Otro de índole arquitectónica, como es la necesidad de que el edificio exprese su condición de equipamiento público de importancia a nivel urbano, destacándose como hito dentro del pobre entorno cercano.
Una vez analizados todos estos condicionantes, se trata de dar respuesta a los mismos de la forma lo más coherente posible.
Como primera decisión se establece la ubicación de las dos zonas en que se divide el programa, ubicando las dependencias junto a la rotonda en el acceso a la parcela y las viviendas en la zona posterior, dando además así respuesta al conjunto de viviendas preexistentes.
Una vez establecidas estas dos zonas, se trata de dar respuesta al dilema arquitectónico que supone el dotar al edificio de una escala acorde con la importancia del equipamiento que representa, mediante un programa heterogéneo y que tiende a la disgregación de pequeñas unidades, siendo además conscientes de la incapacidad con que cuentan por sí mismas las zonas de dependencias de dotar de dicha escala al edificio de forma independiente al resto ya que su tamaño es muy reducido. Para resolver el problema planteado, se resuelve el programa atendiendo a su heterogeneidad y fragmentación, pero cubriéndolo posteriormente por una sola cubierta continua que dota al conjunto de una dimensión y escala que de otra forma no tendría. Además dicha cubierta se enfatiza mediante su larga cornisa tal y como sucede en algunos de los edificios más representativos de la población.