El proyecto parte del estudio exhaustivo de la normativa urbanística a cumplir. Inicialmente se plantea el máximo volumen que permite la normativa y desde este volumen se extrae superficie para cumplir los parámetros de edificabilidad: se crea un patio hacia el lindero oeste para cerrarse a las vistas menos interesantes y dar luz y ventilación a las estancias de la vivienda. También se libera superficie con otro patio-terraza a nivel de la última planta. La ubicación de este volumen será la alineación con el retranqueo de 4m. marcado por la normativa urbanística para liberar la mayor cantidad de espacio posible hacia las vistas.
En cuanto a la pendiente natural del terreno la respuesta de la vivienda es crear un recorrido de descenso desde la cota de acceso hasta el nivel inferior que será la cota del jardín ubicado en la fachada hacia el valle. En este recorrido se ubicarán sucesivamente las estancias de uso público: salón, comedor, cocina y porche. A nivel de acceso se ubica un despacho y el garaje. En la entreplanta se ubica el dormitorio principal con baño y vestidor y en la planta superior dos dormitorios con baño. También existe una planta a nivel de sótano destinada a almacén.
En función de la climatología existente y de su entorno se pretende crear un edificio abierto a las vistas, un edificio denso que va creando distintos patios para cerrarse a los edificios vecinos y dar luz y ventilación, allí donde los espacios interiores lo requieran.
El edificio se diseña como una envolvente de un material duro y pétreo que dialoga con el terreno, como una roca que emerge. Esta envolvente esconde la riqueza espacial existente en el interior y originada por la sección del edificio que pretende crear los distintos espacios a la vez que se adapta al terreno. Las dos fachadas frontales surgen de seccionar esa envolvente dura para crear el acceso desde la vía pública y un mirador al valle, por lo que serán de un material ligero tipo paneles de madera. El resto de las fachadas que delimitan los dos patios tendrán un acabado enfoscado y pintado con huecos que responde a la organización interior del edificio.
El edificio se sitúa en una parcela en esquina delimitada por dos calles con un fuerte desnivel topográfico entre ellas; actualmente presenta una construcción en estado de ruina y a esta edificación se accede por el chaflán constituido por ambas calles. La orientación solar, la pendiente existente en la parcela, la ubicación actual del acceso a la parcela y las vistas hacia el pueblo de Alcalá del Júcar dan las pautas para la ordenación del programa de necesidades, ubicándose las zonas públicas (dependencias) hacia el Sur (vistas hacia el pueblo-uso público-proximidad al acceso) y las privadas (viviendas) en orientación Este-Oeste. El edificio ocupa la totalidad de la parcela en el nivel inferior y va creando vacíos a la vez que crece en altura captando la luz solar hacia las zonas más interiores. En el edificio de dependencias se crea un gran vestíbulo de zona de atención al público al que miran el resto de estancias de uso más privado. Este vestíbulo central rompe su introversión a través de un gran ventanal que mira hacia las vistas del pueblo, como una mirilla que se asoma al paisaje rocoso que rodea la población. En cuanto a las viviendas, tienen acceso inmediato a un nivel superior que el acceso a la zona de dependencias. En las viviendas se crea un recorrido que conecta verticalmente las viviendas y su acceso y que se realiza al aire libre recordando los senderos- escalinatas, que salvan los desniveles existentes en los campos agrícolas ubicados en las laderas de las montañas próximas. Se busca la privacidad de las viviendas creando huecos profundos en las fachadas, que sirven de espacio privado al aire libre y que proporcionan luz y ventilación al interior de las viviendas, convirtiéndolas en unas viviendas introvertidas hacia este espacio privado, el cual, a la vez, se convierte en una abertura hacia el pueblo y las vistas, como las construcciones tipo cueva tan populares en la población. La imagen exterior del edificio se pretende que sea la de un edificio con planos que se fragmentan longitudinalmente marcando las curvas de nivel existentes en la parcela, como las rocas escarpadas que generan el paisaje circundante; será una edificación bastante cerrada, hermética, con profundos huecos que miran al pueblo como si de la entrada a una cueva se tratara. Se pretende que sea un edificio con masa que se fragmenta, rompe, erosiona con el entorno.
Se plantea la redacción de un proyecto para la construcción de un nuevo acuartelamiento de la Guardia Civil en la población de Úbeda (Jaén). Existen varios factores determinantes a la hora de dar una solución proyectual coherente son:
1. Necesidad de una zonificación programática claramente diferenciada en viviendas y dependencias, teniendo dichos usos un carácter absolutamente divergente.
2. Ubicación del solar en un entorno poco consolidado, con importantes vías de comunicación cercanas y construcciones heterogéneas de escaso valor arquitectónico.
3. Posición de límite y protección entre un conjunto de viviendas aisladas existentes y las vías de circulación cercanas, con los límites largos dando respuesta a dos situaciones totalmente diferentes.
4. Topografía acusada en su sentido transversal, especialmente en la zona más alejada del acceso.
A todos estos condicionantes habría que sumarle dos más:
5. Uno de índole técnico, como es la necesidad de liberar un espacio que atraviesa la parcela en sentido transversal, en su tercio posterior, debido a la existencia de una servidumbre existente para paso de un colector.
6. Otro de índole arquitectónica, como es la necesidad de que el edificio exprese su condición de equipamiento público de importancia a nivel urbano, destacándose como hito dentro del pobre entorno cercano.
Una vez analizados todos estos condicionantes, se trata de dar respuesta a los mismos de la forma lo más coherente posible.
Como primera decisión se establece la ubicación de las dos zonas en que se divide el programa, ubicando las dependencias junto a la rotonda en el acceso a la parcela y las viviendas en la zona posterior, dando además así respuesta al conjunto de viviendas preexistentes.
Una vez establecidas estas dos zonas, se trata de dar respuesta al dilema arquitectónico que supone el dotar al edificio de una escala acorde con la importancia del equipamiento que representa, mediante un programa heterogéneo y que tiende a la disgregación de pequeñas unidades, siendo además conscientes de la incapacidad con que cuentan por sí mismas las zonas de dependencias de dotar de dicha escala al edificio de forma independiente al resto ya que su tamaño es muy reducido. Para resolver el problema planteado, se resuelve el programa atendiendo a su heterogeneidad y fragmentación, pero cubriéndolo posteriormente por una sola cubierta continua que dota al conjunto de una dimensión y escala que de otra forma no tendría. Además dicha cubierta se enfatiza mediante su larga cornisa tal y como sucede en algunos de los edificios más representativos de la población.
Con la voluntad dar respuesta a los complejos condicionantes que plantea el entorno de la parcela, y del programa del edificio se toman las siguientes decisiones estratégicas:
1. Creación de un espacio público de conexión de la trama urbana con el parque, el puente del Milenio y los paseos fluviales.
El edificio se ajusta a la alineación de la calle Francisco Lloréns, y al lateral oeste, liberandose la parte norte de la parcela, generando un ensanchamiento del espacio publico, que persigue la conexión del espacio público urbano, recogiendo los flujos peatonales de la ciudad en la glorieta de la Avenida Pardo de Cela, conectándolos con el puente del Milenio y los paseos fluviales del Miño, a través del parque de la Ribeira Sacra.
2. Ubicación de la entrada desde este espacio público.
En la fachada norte, el edificio se ahueca hacia este espacio público y genera unas formas fluídas que nos conducen hasta la entrada principal, que está situada en el centro del edificio y vinculada a este espacio peatonal.
La cota de la planta baja y del espacio público que se brinda a la ciudad, es el de la calle Francisco Lloréns en su cota superior, con esta decisión se persigue un doble objetivo. Por un lado que la planta baja y el espacio público se sitúen en un plano elevado sobre el tráfico rodado y por otro lado se facilita la comunicación con el puente del Milenio, pudiéndose eliminar algunas de las pasarelas de descenso que existen en la actualidad desde el mismo hacia las cotas inferiores peatonales, que se elevarían para descender luego de una forma gradual hacia el parque de la Ribeira Sacra.
Frente a la estrategia del artefacto abstracto, o de la forma icónica y rotunda que se percibe de un golpe de vista y como consecuencia del carácter de encrucijada y confluencia que la parcela tiene, se opta por una respuesta contextual con distintas lecturas en función del punto de vista del observador. Así pues, mientras hacia la calle Franciso Lloréns y hacia el lateral oeste, el edificio ofrece dos sobrias fachadas, de traza recta y de carácter urbano, que siempre son percibidas desde las distancias próximas, Sin embargo, hacia el río el edificio despliega unas volumetrías fluídas, que hacen referencia a la confluencia de los ríos, al feliz encuentro del Miño y el Sil para formar ya una única entidad.
El trabajo por bandas de la fachada, hace referencia a los procesos de erosión, a los accidentes geológicos, a los socalcos de los viñedos de las riberas del Sil y establece una relación entre la arquitectura y el paisaje, que se percibe desde la lejanía.
En los 2 niveles inferiores de sótanos el edificio ocupa la totalidad de la parcela, constituyendo una especie de podio sobre el que se dispone libremente el edificio en las plantas superiores.
Estrategias bioclimáticas.
Se ha dado especial importancia al aprovechamiento de la luz natural. Se acompaña con un sistema automatizado de ventilación y climatización de recuperación entálpica, gracias al cual se recupera el calor del aire de extracción para transferirlo al aire de impulsión, que se introduce así ya precalentado, para garantizar la correcta renovación y la calidad del aire interior.
Se potencia al máximo la captación en las fachadas sur y oeste, mediante la disposición de una doble piel de vidrio, con protección solar intercalada. El calor captado por el día, se almacena en materiales de cambio de fase, que permiten reducir notablemente los consumos de calefacción. En la fachada norte, la piel de vidrio, se optimiza con la colocación de un acristalamiento bajo emisivo, con gas argón en la cámara, reduciendo notablemente las pérdidas energéticas.
Estrategias de eficiencia energética.
Se plantea un sistema de calefacción de alta eficiencia energética constituída por una bomba de calor, apoyada por colectores geotérmicos en cimentación y subsuelo, y por grandes superficies de intercambio en el suelo. El sistema permite calefactar en invierno y refrigerar en verano con un consumo muy inferior al de una climatización convencional. El sistema de calefacción por módulos radiantes sobreelevados, permite combinar las ventajas del suelo radiante, óptimo desde el punto de vista de la climatización y del consumo energético, con las del suelo técnico, imprescindible para garantizar la flexibilidad de las oficinas.
Bioconstrucción.
Dado la alta ionización existente en este tipo de edificios, derivada de la elevada presencia de material informática y de campos electromagnéticos es imprescindible tomar medidas correctoras para evitar situaciones conocidas como “síndrome del edificio enfermo”. Se plantean aislamientos de fibra de madera, así como la realización de la carpintería interior en madera sin tratar con barnices, sino simplemente aceitada, así como la aplicación de pinturas especiales, que no se cargan electrostáticamente.
El nuevo edificio de uso administrativo dará servicio a siete ministerios diferentes, existe, por lo tanto, una complejidad de programa de necesidades muy importante, debiendo la propuesta dar respuesta a esta complejidad, sin perder, por ello, la capacidad de adaptación a distintos usos y posibles distribuciones.
Tras el análisis del programa de necesidades se desprende:
– Existen dos “unidades ministeriales”: Jefatura Provincial de Tráfico y Área de Extranjería, que ocupan una importante superficie respecto a las demás.
– Todas las “unidades ministeriales” requieren un espacio de atención al público, pero es en las dos unidades citadas en el punto anterior donde dicho espacio necesita una mayor superficie, extendiéndose incluso a varias plantas. ´
Como respuesta a las dos anteriores conclusiones se propone las siguientes soluciones:
– A causa del carácter eminentemente público de parte de las “unidades ministeriales”: Jefatura Provincial de Tráfico y Área de Extranjería, se plantea ubicar sus puestos de atención al público a nivel de planta baja, con accesos directos e independientes desde la vía pública.
– Debido a la importante ocupación de las “unidades ministeriales”: Jefatura Provincial de Tráfico y Área de Extranjería, se distribuirán en varias plantas consecutivas y comunicadas entre sí con sendos núcleos propios e independientes al núcleo de comunicaciones principal del edificio. Esta decisión además se ve apoyada por el hecho de la existencia de zonas de uso público en niveles distintos a la planta baja; se conseguirá así, una diferenciación de recorridos que no interfieren entre sí y facilitan una circulación más fluida. Aplicando los parámetros urbanísticos se obtiene un volumen en forma de L que libera en su interior un patio ajardinado. La primera decisión consiste en perforar el volumen en planta baja, para desde los accesos tener presente el patio ajardinado. Se pretende, con ello, crear un enlace visual entre el parque urbano existente y el patio ajardinado del edificio, estando ambos jardines ubicados como finales de recorrido.
Como respuesta a la climatología, orientación y buscando la eficiencia energética, se plantea la colonización de parte del edificio por zonas ajardinadas a modo de jardín vertical o colgante, buscando una mejor ventilación e iluminación natural de los espacios interiores, entendiéndose además dichas zonas ajardinadas como un recurso, que permite un mayor control de la radiación directa del sol, y una más fácil refrigeración de los espacios; sólo en la orientación Norte se proponen huecos en el paño de fachada.
Estos jardines verticales empujan hacia el exterior las fachadas a las calles (orientación Sur y Este), creando volúmenes volados que tensan el revestimiento de fachada y permiten la mejor ventilación de la misma, se evita la acumulación del calor, y la mejor disipación del mismo.Se podría entender así la propuesta como un gran volumen que recibe los empujes del patio ajardinado que crece en altura y se encastra en la edificación para crear reguladores térmicos. Esta operación empuja las fachadas creando una piel en movimiento. Los volúmenes de fachada empujan a la piel, tensándola y estirándola, generando zonas perforadas que permiten una correcta ventilación con unas zonas en sombra. Se recupera de esta forma la típica sección de los balcones tradicionales con las cortinas de cuerda proyectadas hacia el exterior.
Se pretende con todas estas estrategias conseguir la máxima eficiencia energética y de sostenibilidad con el menor coste económico.